Después de haber preparado con ilusión la nueva ruta «BirdsandWines» en el Alto Turia, el pasado 25 de marzo tuvimos la oportunidad de estrenarla con un grupo de amigos de Valencia.
Ese día Sonia, Mamen, Rosa, Quique, Ana y  Manolo aceptaron vivir en primera persona nuestra combinación de experiencias para pasar un domingo diferente recorriendo una de las comarcas más interesantes de la provincia de Valencia: los Serranos. Y disfrutar de sus valores naturales, paisajísticos, culturales y enológicos.

Tuvimos suerte con el día. Soleado y con una magnífica temperatura resultó ideal para el avistamiento de un buen número de aves de diferentes especies en las distintas paradas del recorrido. A las aves se le sumaban preciosos paisajes y rincones cargados de historia.
Y, como no, todo completado con una cata de vinos en la aldea de Ahillas donde se ubica Terra D’Art.

Esta bodega pequeña, distinta, resultado de un bonito proyecto familiar; elabora con mimo sus vinos aplicando criterios de respeto al territorio y la diversidad muy similares a los de ACTIO Birding. Es pues el complemento perfecto para este «maridaje» de aves y vino que podemos denominar «enorniturismo».

La primera parada fue el Azud de Tuéjar. Equipados con nuestros prismáticos hicimos una primera toma de contacto con el entorno, su historia y las primeras aves: Pinzones comunes, un Pico picapinos, los primeros Buitres leonados, un Águila culebrara y un fugaz Mirlo acuático entre otros.

Siguiendo el cauce del río Túejar, que se convierte aguas arriba en la Rambla Arquela, subimos hasta la colonia de Buitre leonado que se encuentra en los cortados de la zona.  Allí, además de los Buitres,  avistamos una pareja de Cuervos y algunas Chovas piquirrojas. Sin embargo los Alimoches se nos resistieron a pesar de qu teníamos noticias de la presencia en la zona desde hacía unos días.

Y tras contemplar durante un buen rato las evoluciones de los Buitres sobre el cantil e intentar localizar algunos en sus posaderos, pasamos a realizar una breve visita al Nevero de la Arquela. Se trata de una construcción del periodo pre-industrial (S.XVIII) reconstruida recientemente y que nos recuerda la vida hace poco más de 200 años cuando en invierno se recogía la nieve para convertirla en hielo y bajarla a las ciudades.
La particularidad de esta es que utilizaba el agua de la rambla. Al parecer en invierno, se construían pequeñas presas en el río, que cuando se helaba se transformaban en bloques de hielo que posteriormente eran trasladados al interior de la nevera, donde se conservaba para cuando llegara el verano.

Y desde allí nos dirigimos por pistas forestales hasta Ahillas.  Allí nos esperaba Juanjo, propietario y enólogo de la Bodega Terra d’Art, y su padre que sería quien nos acompañaría en la visita. Entre ambos nos explicaron las peculiaridades de esta bodega, su origen, su historia, las variedades que cultivan, los vinos que elaboran, …
Tras un ameno recorrido por las distintas parte de la misma, pasamos a la degustación.

Hicimos una cata de 4 de sus vinos más destacados. Vinos diferentes, de gran calidad y sorprendentes aromas y sabores. 
Evidentemente, para gustos colores. Pero hubo casi unanimidad en destacar el rosado «Flor de Ahíllas» y el blanco «La Madura», que degustamos acompañados de un buen picoteo, aunque hubo quien se decantó por el coupage de diversas uvas que dan su identidad al «Ahillas tinto» y quien preferió la sutileza del «Flor de Ahillas» blanco.

Tras adquirir algunas botellas, y antes de la comida en la Ermita del Remedio en Chelva, aún dedicamos unos minutos a ascender hasta el Pico del Remedio. Allí, además de contemplar espectaculares vistas de la Sierra de Javalambre, la localidad de Alpuente, los Cañones del Turia o incluso la llanura de Valencia, pudimos disfrutar de un par de confiados Acentores alpinos que compartían espacio con unas sorprendidas cabras.

Después de comer al sol en el la zona de pic-nic del Santuario y tomar un café en el restaurante, parecía que el grupo tenía ganas de más. Así que les planteamos algunas propuestas para finalizar nuestro recorrido por la comarca entre las cuales la mayoría se decantó por acercamos hasta el acueducto romano de Peña Cortada. Allí fueron los Roqueros solitarios los que pusieron el contrapunto a los restos de la magnífica construcción aunque también se dejaron ver algunas rapaces como Gavilán, Cernícalo vulgar, Águila culebrera y Busardo ratonero.

Y ya ejn el camino de vuelta a Valencia decidimos finalizar la ruta sibiendo a las ruinas del Castillo de Domeño y  visitar la cola del pantano de Loriguilla, donde seguimos añadiendo aves a nuestra lista (Garza real, Cormorán grande, Zampullín común, Gallinetas, Golondrinas y Aviones, Tarabillas,…) y disfrutando del magnífico ambiente que se había creado en el grupo a lo largo de la jornada.

Así acabamos un jornada que, utilizando las palabras que Sonia nos dedico en nuestra página de facebook, resultó: «…diferente, apasionante, lúdica a la par que formativa e interesante».

Queremos dar a todos y todas las participantes las gracias por la confianza mostrada en ACTIO Birding y especialmente a Sonia y a Quique por muchas de las magníficas fotografías que ilustran esta entrada.

Esperamos poder coincidir de nuevo.

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