El pasado 1 de noviembre, nuestro compañero Rafa Torralba  guió un grupo de «pajareros» valencianos, miembros muchos de ellos de la Sociedad Valenciana de Ornitología. Algunos de ellos eran “reincidentes” en nuestras actividades lo que es para nosotros motivo de alegría pues nos hace pensar que nuestras propuestas y nuestra forma de hacer las cosas agrada a los aficionados a las aves.

                La propuesta del día era visitar el entorno de Alcala del Júcar, dentro del Lugar de Interés Comunitario y de la Zona de Especial Protección de Aves, “Hoces y Cañones del río Júcar” con el fin de ver, o al menos intentarlo,  especies rupícolas y de ribera, fundamentalmente rapaces, y como no, prestando especial atención al águila perdicera, especie en un estado de conservación un tanto delicado debido a varias causas (electrocuciones, persecución humana, perdida de hábitat…) y que tiene una buena representación en este espacio natural.

Como complemento recoirreríamos las zonas esteparias de la Manchuela en las que se ha encajado el río para intentar observar otras especies.

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                     Transcribimos lo que Rafa cuenta en su blog sobre la jornada

               «Quedamos a las 8:30 en Alcala del Júcar, y un servidor, el guía, llego algo tarde, aunque el retraso estaba justificado. El motivo fue el avistamiento de un grupo de 7 avutardas que sobrevoló la carretera, y como vi que tenían intención de aterrizar me fui tras ellas para ver donde lo hacían, y tenerlas más o menos localizadas, asegurar la observación de la especie, rara en el entorno de Alcala hubiera estado muy bien. Pero una vez posadas las aves, la presencia de cazadores en la zona las hizo volver a volar, y ya me resulto imposible relocalizarlas, ¡¡una pena!!. Pude no obstante ver un esmerejón, que sumaba para mi lista del día, no para la del grupo

                Ya con el grupo, saludos a los conocidos y presentaciones de los nuevos, y “al tajo”, quiero decir, al Júcar!!!.

                Como las últimas mañanas, sobre el Júcar había una densa niebla, así que decidí empezar el recorrido por arriba, que estaba despejado, para ir asomándonos a algunos de los balcones naturales sobre el río, dando tiempo a que despejara abajo e intentando localizar a las perdiceras en su zonas de caza, además de intentar otras especies. No hubo suerte con las rapaces, pero empezamos a sumar especies, fringílidos y alaudidos fundamentalmente.

                En la parada que hice desde donde había vistas de algunos posaderos, la niebla no nos dejo verlos, pero me di cuenta de que la niebla comenzaba a deshacerse y tome la decisión de bajar al río. Y fue buena decisión porque empezamos a pasarlo bien, realmente muy bien.

                Comenzaron a aparecer cabras montesas por aquí, por allá, hembras, jovenzuelos, algún macho, y uno de ellos enorme, con una cornamenta impresionante. Es espectacular viéndolas desenvolverse por los cortados, la facilidad que tienen para desplazarse por donde parece imposible que un animal tan grande lo haga, y ellas con qué facilidad lo logran.

                Asegurar ver águilas perdiceras en estas fechas es mucho asegurar. Tras criar no tienen especial apego a la zona de cría, no hay pollos que alimentar ni que defender, y pasan los días recorriendo su territorio, vigilado, cazando, pero eso, sin apego al centro del mismo, el nido.

                Así que no las tenía yo conmigo, pero conociendo un poco cada pereja, sus posaderos, las zonas donde se mueven, pues hay mas posibilidades…y tuvimos mucha suerte.

                Según paramos, ahí estaba el macho de una de esas parejas, desperezándose, quitándose la humedad de la niebla, y en cuanto lo hizo, volooooo!!. Algunos se perdieron ese momento, pero volvió enseguida a otro de sus posaderos, y tras él la hembra. Mientras el vigilaba, ella se alimentaba, y nosotros lo pasábamos pipa.

                Podríamos haber estado ahí horas de pero había que seguir viendo cosas, y de repente habían surgido necesidades fisiológicas en alguno de los miembros del grupo, así no fuimos a un establecimiento hostelero, aprovechando además para tomar un café calentico que a esas horas aun venía bien, recién salidos del frescor mañanero.

                Y en la terraza, de nuevo contacto con nuestras amigas, eso de observar una pareja de perdiceras desde la terraza de un bar no pasa en muchos sitios, todo un lujo. Incluso se nos acerco alguna familia que estaba por ahí, echaron un vistazo con nuestros prismáticos y por el telescopio, y fliparon al ver unas ave tan bonitas, tan amenazadas, desconocidas por ellos hasta ese momento.

                Nos pusimos en marcha, pasaban las horas, y aun quedaba por ver.

                Fuimos al Tranco del Lobo, a ver si aparecía algún párido, pero poca cosilla por aquí, salvo algún grupo familiar de mitos, petirrojos, curruca capirotada, y algún pajarillo más. Pero… apareció otra pareja de perdiceras, que voló sobre nosotros, y junto a ellas, una pareja de águilas reales, y eso de ver al mismo tiempo dos de nuestras grandes águilas, mola mucho.

                De ahí, nos fuimos a comer, a Alcala del Júcar, a una zona de recreo junto al río.

                Ya era tarde, queríamos ver más cosas, y como ya habíamos disfrutado de rapaces rupícolas, abandonamos el río para subir a la altiplanicie en busca de algunas aves esteparias.

                Tenía localizado algún grupo de gangas ibéricas y chorlitos carambolos. A lo largo de las últimas semanas los había visto en la misma zona, pero…. ¡nos fallaron!. El campo había sido labrado, al lado estaban preparando el terreno para plantar viña, y también estaban plantando almendros. Supongo que esas molestias recientísimas habrán tenido bastante que ver en que hubiesen desaparecido.

                La verdad es que la tarde fue floja, salvo alguna rapaz más (busardos ratoneros, milano real, aguilucho lagunero) apenas sumamos alguna especies más y fallaron otras muy probables de ver. Pero es lo que tienen las aves, que vuelan, y a veces te gastan estas “bromas” cuando menos lo esperas.

Al final entre unos y otros detectamos 51 especies, que no está mal, aunque a mí me queda la sensación de haber fallado con especies que a priori deberían haber sido fáciles. Otra vez será!!

NOMBRE COMUN NOMBRE CIENTIFICO
ánade azulón Anas platyrhynchos
perdiz roja Alectoris rufa
cormorán grande  Phalacrocorax carbo
milano real  Milvus milvus
aguilucho lagunero occidental Circus aeruginosus
águila real  Aquila chrysaetos
águila perdicera Aquila fasciata
cernícalo vulgar Falco tinnunculus
esmerejón  Falco columbarius
avutarda común Otis tarda
paloma bravía domestica Columba livia
paloma torcaz Columba palumbus
tórtola turca Streptopelia decaocto
martín pescador común Alcedo atthis
abubilla Upupa epops
pito real Picus viridis
calandria común Melanocorypha calandra
cogujada común  Galerida cristata
cogujada montesina Galerida theklae
alondra totovía  Lullula arborea
alondra común  Alauda arvensis
avión roquero   Ptyonoprogne rupestris
lavandera blanca Motacilla alba
petirrojo europeo  Erithacus rubecula
colirrojo tizón Phoenicurus ochruros
tarabilla europea  Saxicola rubicola
roquero solitario Monticola solitarius
mirlo común  Turdus merula
zorzal charlo Turdus viscivorus
cetia ruiseñor Cettia cetti
curruca rabilarga Sylvia undata
curruca cabecinegra  Sylvia melanocephala
curruca capirotada Sylvia atricapilla
mosquitero sp. Phylloscopus sp.
mito común Aegithalos caudatus
herrerillo común Cyanistes caeruleus
carbonero común Parus major
agateador europeo  Certhia brachydactyla
alcaudón real Lanius meridionalis
arrendajo euroasiático  Garrulus glandarius
urraca común  Pica pica
chova piquigualda Pyrrhocorax graculus
corneja negra Corvus corone
estornino negro  Sturnus unicolor
gorrión común  Passer domesticus
gorrión molinero Passer montanus
pinzón vulgar Fringilla coelebs
serín verdecillo  Serinus serinus
jilguero europeo Carduelis carduelis
pardillo común  Carduelis cannabina
escribano triguero Emberiza calandra