Buitres leonados y Alimoches han sido los protagonistas de la excursión de hoy al Azud de Tuejar para celebrar, precisamente, el Día Internacional de los Buitres.

A pesar del intenso calor, las familias que han participado en esta actividad de «Birding  familiar» (mitad turismo ornitológico, mitad eduacación ambiental) han podido contemplar a placer las evoluciones de estas aves en un enclave privilegiado para ambas especies en la provincia de Valencia.

De hecho no existe otro lugar donde observarlos juntos en nuestra provincia y para encontrar lugares de similares características habríamos de acercarnos a localidades próximas de la provincias limítrofres (Castellón, Teruel o Cuenca).

Después de reunir a los participantes (6 adultos y 5 niños/as) a las 10,00 de la mañana, hemos iniciado nuestra ruta con un recorrido por el paraje de El Azud, nacimiento del río Tuejar, donde aún se pueden observar la construcción de origen árabe que da nombre al paraje.

Mientras nos presentábamos, un Águila calzada nos ha dado la bienvenida. Después se ha dejado ver fugazmente un Busardo ratonero y poco después los dos primeros buitres leonados, precisamente mientras explicábamos a los participantes las diferencias entre los buitres ibéricos con ayuda de los Cuadernos de Naturaleza Tundra.

A este par de Buitres leonados que intentaban tomar altura justo frente a nosotros se les ha unido rápidamente un inmaduro de Alimoche,  por lo que hemos podido aprender a diferenciar claramente ambas especies por tamaño y silueta.

De camino hacia la colonia situada en la Rambla Arquela, hemos tenido que detenernos ya que 4 Alimoches se encontraba cicleando en las inmediaciones. ¡Qué suerte tener allí a toda la familia! Durante un rato hemos podido disfrutar de su vuelo y ver las diferencias de plumaje entre los adultos de color blanco y los oscuros jóvenes.

Ya en las inmediaciones de la colonia los Buitres leonados un Águila culebrera ha atravesado la rambla a cierta altura y en dirección sur. Toda vez que esta es una especie relativamente común en la Serranía en época estival, probablemente, se tratase ya de un ejemplar en migración hacia sus zonas de invernada en África.

Entre paradas y explicaciones, y probablemente debido al intenso calor que habría acelerado la formación de corrientes térmicas, cuando hemos alcanzado la colonia los buitres se encontraban ya muy activos formando uno de sus típicos carruseles ganando altura en una de ellas.

Nos ha costado dar con alguno que permaneciera posado en las rocas, pero finalmente hemos encontrado varios e incluso hemos podido apreciar las diferencias entre el plumaje de  los adultos, desgastado por el tiempo, y el los jóvenes con sus plumas nuevas de color marrón casi achocolatado.

En cuanto al resto de aves, podríamos añadir a nuestra lista una pareja de Cuervos, algunos Pinzones, Agateadores, Mitos, Carboneros, un Colirrojo real y una fugaz observación de un Pico picapinos al que hemos oído varias veces a lo largo del recorrido.

 

El día se ha completado con una visita al Nevero (que hemos agradecido todos por el frescor que se notaba en su interior) y, ya de vuelta al Azud, una parada para contemplar las pinturas rupestres de los Corrales de Silla.

Un día muy completo el que hemos compartido con estas familias entre las que apuntan futuros pajareros como Noah con su inseparable cámara de fotos, Pau siempre consultando con su guía de aves y Dani haciendo anotaciones en su cuaderno de campo. Y no me olvido de María, siempre curiosa y queriendo saber más de lo que vendría a continuación, y la pequeña Gala que, aunque ha sido la que más ha sufrido con el calor, también ha disfrutado observando por el telescopio.

Gracias a los «papás y mamás» que habéis hecho posible que vuestros hijos/as hayan disfruta este día y conocico algo más sobre la vida de esta impresciondibles aves: los buitres.