El pasado domingo día 2 de agosto pasamos el día en la ‪#‎Albufera‬ con Ingeborg, Ilse y Tamara.
De vacaciones en Valencia, estas 3 amigas holandesas querían aprovechar su estancia para realizar una actividad de observación de aves en el Parque Natural de la Albufera  y completarlo con la degustación de la tradicional ‪#‎paella‬ valenciana fuera de un típico restaurante turístico.

Recogimos a nuestras amigas en su alojamiento en Valencia y, una vez conocidas sus prefererencias, decidimos optar por la modalidad de «safari», recorriendo los caminos que atraviesan los arrozales que rodean la Albufera en lugar de dirigirnos a los «hides» del Centro de Visitantes del Racó de l’Olla.

El recorrido no defraudo las expectativas de Tamara, la «birder» del grupo, ni de sus acompañantes.

Durante las 2 horas de recorrido pudieron observar especies desconocidas para ellas. Garcilla bueyera, Garcilla cangrejera, Garceta grande, Garza imperial o Morito, fueron las más destacadas sin olvidar a la que más ilusión provocó: la simpática Abubilla.

A pesar de encontrarnos en mitad del verano, en algunos campos de arroz no cultivados que se hallaban inundados era patente que la migración postnupcial de algunas especies de limícolas ya ha empezado.

Pudimos observar pequeños bandos de Agujas colinegras, Combatientes, Correlimos zarapitín, junto a diversos Andarríos chicos y bastardos. Junto a ellos algunos que han criado en la zona como Cigüeñuelas o Chorlitejos chicos. Sobrevolándonos algún Charrancito, bastantes ejemplares de Fumarel cariblanco y alguna Pagaza piconegra. 

También tuvimos ocasión de localizar a la Pagaza piquirroja que se halla presente en la zona desde hace un par de semanas como recoge la web de referencia para los observadores de aves de la Albufera: www.birdingalbufera.es

Desgraciadamente todos ellos lejos del alcance de nuestra cámara.

La segunda parte del recorrido lo realizamos en baraca por los canales y el lago. Se agradecía el aire en la cara y pudimos añadir algunas especies nuevas a la lista: Avetorillo común, Martinete, Gaviotas patiamarillas y de Audouin así como algunas parejas de Somormujo lavanco y Charrán patinegro.

 

Finalizamos el recorrido degustando una estupenda paella en una de las barracas de la zona de la Sequiota, en el pueblo de El Palmar. Y lo hicimos al estilo de los campesinos de la huerta, compartiendo la paella y acompañándola con una buena ensalada valenciana y una «tajadas» de melón.

Paella en un barraca

Y mientras disfrutábamos del café bajo el «emparrat» de la barraca aún tuvimos tiempo de añadir algunas aves a nuestra lista: Verderón común, Jilguero, Buitrón, …

En resumen un día redondo, en el que lo más importante fue la inmensa satisfacción con la que nuestras visitantes regresaron a la ciudad después de haber visto cumplidos sus objetivos.